I
Inmensa, estrellada y alba,
ahogo la mirada en tu sombra
dibujada entre las sabànas.
Tù, dices que estàs gorda,
yo digo, que sois amada,
dices que te sobran lonjas,
yo digo que, eres marea brava.
Inmensa, inmaculada,
Te deseo con la lengua,
con las manos, y estos labios
estas manos; que de ti hablan.
II
Tus pechos son generosos,
timidas colinas
por donde mis manos,
escalan la rosa de tus tiempos.
Y luego tu cintura,
colosal fragua de mis deseos.
Por eso te amo, amor,
En la candorosa
estructura de tus lamentos,
cuando la palabra de tu voz,
lamenta tu gordura:
Yo solo me riò,
y beso tus manos
para que estàs,
en su mudez, hilen sueños
y nos acerquen la mañana.
III
Te extraño cuando pasas las horas
en una dieta castrante e inùtil.
Porque entonces, no hablas y cuidas
las calorìas consumidas. Porque entonces
te vuelves agrìa y nada me atraè de tu vida.
Por eso, te pongo un chocolate en la almohada
o un dulce en la alacena, por eso,
en las noches iluminadas de luna
mis manos te dictan palabras almibaradas
entre tu vientre y tus pechos;
para que permanezcas equilibrada;
en la balanza de mis palabras:
Amorosamente necesitada.
JoelLangarika PuertoVallartaJaliscoMèxico CrDereservados08