lunes, abril 16, 2007

I
Me quito las alas.
Dispongo de la palabra
en el burò, en tu ombligo
en la rosa púrpura de tu cara.
Tu sonrisa es una fresca mañana
tus manos, odaliscas buscando;
el amparo de mi espalda.
Las ideas vuelan como moscardas,
La voz, ilumina como el día
Tus ojos, esa mirada, es el alumbre
Incesante del que pende mi nombre.
Me quito las alas. En el sofá tu cuerpo,
En el sofá tu desnudez mercenaria,
En el sofá; tú y yo pagando esa,
factura de la vida: La soledad.
II
Te quiero.
Sin premeditar palabra alguna
o verso hilado en la penumbra
de una llena luna.
Te quiero.
Porque no se hacer otra cosa,
más que, penetrar con las manos
palabras vírgenes y preñar versos.
III
Reconozco que he bebido tu voz.
Que he habitado tu conciencia,
Que hube hilado tus ojos con
la mañana diaria en mis ojeras.
Reconozco, tengo que hacerlo,
que, he, vivido tu vida como en un filme:
Con un final inesperado y sin comienzo
premeditado, en blanco y negro, a colores.
Porque cuando mi voz dijo tu nombre,
Me reconocí perdido
(...)
Irremediablemente Perdido
Y
Amorosamente Necesitado.
Joel Lang ArikaPuertoVallartaJaliscoMèxicoCRDReservados5/06

2 comentarios:

Anónimo dijo...

TE AMO! siempre lo sabràs, Te amo porque eres mi niño vijo, mi viejo niño, porque tus palabras se enredan en mi cuerpo cuando las construyes y veo tu mirada blanca, ciega a lo malo, y viva a lo bueno. TE AMO! porque siempre en tus letras estoy y lo sè. TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO...NIÑO, AMOR.
TÙ LO SABES...QUIÈN SOY YO.

AnaR dijo...

Llego y , como siempre, me encuentro palabras henchidas , ufanas de amor entregado.De romántica perdición...poesia.

Hey, poeta azul...que me encantó leerte.

Un abrazo