I
El cielo en la noche es un mar.
Pizcas de sal que titilan sueños.
Y en la inmensidad de las horas,
una ola revienta; oscura a lo lejos.
Estalla la mañana como espuma,
Es entonces, cuando despierto
amarrado a tu ombligo;
con la lengua puesta en tu poesìa.
II
Entre el sueño, recorro el pueblo de tu piel
Para amurallar tu vientre.
Ya habrà una ciudad naciente
en la tierra de tu ombligo.
Entonces, habitaremos en los ojos
de cualquier Dios para desterrar
de nuestra ciudad; el olvido.
III
Largos pasos.
Un ciclo invertido
en cada aurora.
En el silencio de la voz
el lejano eco del camino...
La ciudad, gris,
encierra
tu
mirada
en la distancia.
JoelangarikaCopyrightDerechosReservadosPuertoVallartaJaliscoMèxico02/10
jueves, marzo 31, 2011
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Volverás ?
Publicar un comentario